Es una problemática que cada vez afecta más a las comunidades, pero también a los administradores y comisiones o juntas de vecinos, y tiene múltiples raíces.
El aumento crítico de los niveles de morosidad en las comunidades de propietarios se ha profundizado en países como Argentina producto de la inflación, pero otros como Chile, Uruguay, Bolivia y España, en los que Coterranea tiene algunos de sus clientes tampoco están exentos de este problema.
En el caso de Argentina es más fácil de entender porque los precios evolucionan a tal velocidad, que no hay manera de que los ingresos de los vecinos puedan abordar este gasto en tiempo y en forma; porque además no es el único que varia de esta forma.
Pero en economías más estables el problema es que los efectos de recesión e inflación provocados por la pandemia, han limado los ahorros que las comunidades mantenían en los bancos y las reparaciones y trabajos de mantenimiento se han salido del molde que traían desde hace más de 5 años, con lo cual, cualquier contingencia supone un esfuerzo adicional en expensas extraordinarias o derramas, según la jerga de cada país.
Este fenómeno persiste a pesar de los esfuerzos implementados por la mayoría de las administraciones para mitigar su impacto, aunque no siempre se han obtenido resultados satisfactorios. Tal situación puede tener un efecto negativo en la relación entre el administrador y la junta de vecinos.
Frente a este panorama, la reacción del administrador resulta fundamental para encontrar soluciones efectivas y evitar que la situación empeore aún más. En este sentido, es importante destacar la importancia de que el administrador tenga un plan de acción para hacer frente a la morosidad.
En primer lugar, es fundamental que el administrador establezca una política de cobranza clara y efectiva y sobre todo demostrable que permita a los propietarios conocer en todo momento cuantos departamentos estan en mora y que acciones se han hecho para que modifiquen la conducta. También un plan de comunicación para la toma de conciencia de los vecinos en general.
Ya como medida cautelar y en segundo lugar, el administrador debe buscar un equilibrio entre el cobro de las expensas (o recibos de comunidad) y el pago a proveedores, de manera que se pueda mantener el normal desenvolvimiento del edificio y evitar el atraso en los pagos.
En este punto, resulta clave que el administrador mantenga una comunicación constante con los proveedores y tenga un seguimiento detallado de los pagos realizados y pendientes.
Por último, es importante destacar que el administrador debe contar con la capacitación necesaria para poder intervenir de manera efectiva en situaciones de morosidad. En este sentido, resulta clave que cuente con herramientas adecuadas para llevar adelante las gestiones de cobranza y que esté actualizado en la normativa vigente.
Solo así se podrá garantizar la sostenibilidad y la calidad de vida en el vecindario y que su gestión sea valorada por ello. Asimismo, es fundamental que todos los miembros de la comunidad se comprometan a cumplir con sus obligaciones y colaborar en la recuperación de los pagos adeudados. De esta forma, se garantiza el normal funcionamiento del consorcio y la calidad de vida de sus habitantes.
Visualización de los proveedores y servicios contratados para el consorcio en una liquidación real. Descubre en detalle los gastos realizados en el último período y cómo se distribuyen en las diferentes áreas del edificio. Además, podrás ver claramente el monto adeudado en su totalidad, representado por una barra roja en contraste con las barras azules de los proveedores y servicios contratados.
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